24 marzo, 2017

Sentirse cerca no tiene nada que ver con los centímetros ni con la distancia, y mucho menos con la latitud;
más bien tiene que ver con las estrellas y con los anhelos. Esa sensación se manifiesta, por ejemplo, cuando el deseo es sinónimo de correspondencia y de afecto.


 Concluía febrero, decía...
 y ahora sin embargo termina marzo
y créeme,
 ya noto quemar la primavera en los ojos.

[Que a mi juicio lo que yo quisiera sería derribar protocolos.]


05 marzo, 2017

Día 13 después de ti:

He aprendido que los romances pueden ser cortos y virtuales y profundos y difíciles de cerrar.
Duele.

25 febrero, 2017


Querido diario:

Ya sabes qué tipo de persona soy. Cuando bebo, me gusta cerrar los ojos y tragar lentamente. Imaginar que la bebida no se va a acabar.  Que no tiene fin. Me gusta porque así me tomo los segundos uno a uno y los observo, los acaricio; disfrutándolos. 

Hoy le imagino en el sofá, sentado a mi lado. Le imagino cantándome y contándome mil historias. Paseando por la calle Nueva o riendo de quién sabe qué tonterías. Porque tú, como yo, lo sabes: él es así. Pero sus ojos, su sonrisa, en mi imaginación se rompe en pedazos y cae. Cae y yo lo noto caer como mármol frío en mis pies. 

Hoy, tres meses después, he vuelto a mi balcón. Vuelvo a cerrar los ojos para viajar en el tiempo, porque quién pudiera surcar hacia la primavera. Hoy me pongo el jersey roto y me recojo el pelo, que termina febrero y en mi balcón aún suenan Simon & Garfunkel y también Cat Stevens; pero las golondrinas huyeron buscando otra ventana cálida que visitar; ¡y me cabrea! Me cabrea porque cuánto hubiera deseado huir con ellas... que sentir el viento y la música en la cara ya no es algo que entiendan los demás.

Querido diario: ¿Qué está pasando? ¿Qué proceso mental me ha llevado a no controlar las ganas de dar, dar... ¡solo dar!?

13 febrero, 2017


Esta mañana ya no me acordaba lo que sentía cuando acariciaba tu pelo. Pero te juro, que a nadie le he vuelto a decir que tenemos el récord del mundo en querernos. Y aunque dije que todo lo que necesitábamos era un poco de paciencia, desde que te fuiste, mis dos neuronas te extrañan, me siento como Venecia sin agua. Báñate en mis ojos, que se joda el mar... ¿Qué voy a decir? ¿Cómo quieres que me aclare? Si aún soy demasiado joven para entender lo que siento. ¿Qué le voy a hacer si no vamos a la misma velocidad? ¿Dónde empieza y dónde acabará el destino que nos une y nos separa? ¿Dónde estarán las cosas que pensamos? ¿Cómo quieres que escriba una canción? Si a tu lado no hay reivindicación. Si no sé cómo hablar, si cada parte de mi mente es tuya... y es horrible el miedo incontenible; pero no hay nadie como tú para hacerme reír y nadie como tú sabe tanto de mí. Yo mi alma entera te daría si tuviera garantía de que soy yo a quien tú esperas. Como dos gotas que se caen al mar. Una flota, la otra se ahoga. Las dos tiemblan... no por igual; se fue su par, pensó: That's life. Igual que una flor resignada decora un despacho elegante. Prometo llamarle amor mío al primero que no me haga daño. Prometo no mandar más cartas y no pasar por ahí. Prometo dedicarme solamente a mí. Pero me está matando. Días largos, besos guarros se funden sin control, aeropuertos, vicios caros, son los restos del naufragio. Ya sabes que a mí la luna siempre me sabe a poco, pero no importa, estaré bien si tú te quedas a mi lado... En realidad, creo que nunca he sentido la necesidad de tener a nadie a mi lado. Pero ¿dónde están los besos que me debes? ¿Dónde estabas entonces, cuando te necesité? Oye, si me quieres arrodillar, córtame las piernas y aún podré volar... la ventana es un buen lugar para escapar. Cada vez más solos, rodeados de gente. Todo cambia y sigue igual. Joder, cómo pica recordarte...estoy hasta las tetas de poetas de bragueta y revolcón. Yo no quiero que te vayas, pero sé muy bien que tú te irás, como lágrimas en la lluvia. Me estoy muriendo y me estoy quitando. Será tu voz, será el licor, serán las luces de esta habitación... pero el equilibrio es imposible cuando vienes y me hablas de nosotros dos. Porque fuimos, somos y seremos nada. Basta ya, no puedo pelear, no sé si todo es broma o real...Y es que tú. Tú... tú y yo. Solos tú y yo. Ni siempre, ni nunca. Ni tú ni yo cabemos cantando en esta canción. Y yo no sé por qué no nos abrazamos, tenemos que aparentar tanta maldad... Ni siempre ni nunca, ni tú ni yo... Ya no. Ya no somos dos

05 febrero, 2017

La mañana del quince del mes nueve te presentaste. Yo presté toda mi atención: quería saber a quién pertenecía esa mirada, la que entonces consiguió que algo en mi sistema nervioso dejara de funcionar y que a día de hoy aún balbucea. Desde ese instante y durante todos los días, toda mi atención no fue mía, sino tuya. Unos cuantos meses y miradas más tarde, con un invierno que venía tarde y que pretendía llevarse consigo el sonido de tu nombre, mi vida cambió; pues ya no era solo verte, sino ser testigo de una mirada cómplice que entendía que algo entre tú y yo no había hecho más que empezar.

[...]

A menudo me quedo absorta y es que en realidad, adoro las historias con final abierto, y ya ves qué paradoja: aquí estoy, muriendo a versos y a prosa por saber cómo continuará.

27 enero, 2017

son cuarenta y dos días para decirte que estoy lista,
lista para mirarte más de cinco segundos,
sentir cómo aprieta el corazón,
y lista para temblar cuando me vuelvas a rozar.

preparada para decirte que estoy dispuesta
a navegar y a embarcar...
para hacer turismo en ti,

para descubrir tu himno, tu historia,
tu carcajeo y tu expresión al despertar.

que son cuarenta y dos días para arrojar al abismo
todo lo que tú y yo hubiésemos sido
si no fuésemos tú y yo.

y cuarenta y dos días antes
firmo esta declaración,

que no vaya a ser
-que después de los cuarenta y dos-
no nos volvamos a ver.