Sentirse cerca no tiene nada que ver con los centímetros ni con la distancia, y mucho menos con la latitud;
más bien tiene que ver con las estrellas y con los anhelos. Esa sensación se manifiesta, por ejemplo, cuando el deseo es sinónimo de correspondencia y de afecto.
Concluía febrero, decía...
y ahora sin embargo termina marzo
y créeme,
y ahora sin embargo termina marzo
y créeme,
ya noto quemar la primavera en los ojos.
[Que a mi juicio lo que yo quisiera sería derribar protocolos.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
cuéntame lo que quieras... ¡no te cortes!